viernes, 22 de enero de 2010

Banderas a media asta

Estando en Yogyakarta, la mañana del 1 de Enero, en medio de un atasco, me fijé en que había una enorme cantidad de banderas indonesias en la calle. Pensé que sería alguna especie de tradición de año nuevo. Anteriormente sólo había visto una concentración similar de banderas en Agosto, coincidiendo con la celebración del aniversario de la Independencia.
Al rato me di cuenta de que todas las banderas estaban colocadas a media asta. "Ha debido morir alguien importante". En un primer momento descarté que se tratase de Susilo Bambang Yudhoyono, el actual presidente, porque - me dije - todos los comercios estarían cerrados, habria gente llorando, pancartas, y luto por doquier, y se notaría en la calle un ambiente muy fúnebre.

Aquí podeis ver una foto de una calle en Yogyakarta, que tomé durante el atasco en el que me ví envuelto antes de tomar el tren para Surabaya. (No se porque razón hoy flickr no se lleva bien con blogger y no puedo poner la foto). Perdonen las disculpas ;)

¿Algún miembro del ejercito?. Sería muy raro tal despliegue, a no ser que hubiese fallecido algún Héroe de la Independencia Indonesia, cosa harto improbable, porque todos los considerados héroes pasaron a mejor vida hace ya tiempo.
La razón era el fallecimiento, el día 30 de Diciembre de 2009, de Abdurrahman Wahid, popularmente conocido como Gus-Dur, y que fue el Cuarto Presidente de la República de Indonesia, desde el 20 de Octubre de 1999 hasta el 23 de Julio de 2001.

Al llegar a Surabaya me encontré con que toda la calle en donde vivo, y casi todas las casas del barrio lucían en su patio una bandera indonesia, a media asta.
El homenaje duró más o menos una semana, y en la radio se hacía referencia al finado, destacando los logros de su vida.

Como foraneo, viendome rodeado de banderas, en una situación (protocolaria) de Luto Nacional, y no sabiendo bien que hacer al respecto, me limité a ver primero si la gente estaba muy compungida, y sus reacciones. No es que se oyese un coro de plañideras a todas horas, pero se notaba un ambiente triste, y la gente hablaba de Wahid.

Yo, en un alarde de frikismo, muy decimonónico, y por tanto muy formal, me limité a hacer una pequeña reverencia con la cabeza cada vez que pasaba al lado de una bandera a media asta. Una media de 30 discretas reverencias al día, más o menos. Las cervicales bien, gracias.

No se si mis vecinos piensan que tengo un 'tic' nervioso, soy un hijo de holandeses, soy "bule" nacionalizado Indonesio, o simplemente que estoy como una cabra. O que soy gilipollas, que también puede ser.
El caso es que me miran mejor que nunca, y me saludan con tremendo afecto o eso me parece a mí. También puede ser que estén de cachondeo, y la gente de Surabaya, tenga una retranca y concepto tan fino de la ironía que a mí se me escapan. Pero lo dudo mucho: Soy Coruñés, y para meterme doblado un doble sentido (valga la redundancia) hay que ser por lo menos fan de Jardiel Poncela, la reencarnación de Marcel Duchamp, pillarme en muy baja forma, o muy borracho. O todo a la vez, claro.

No se si mi continua mejora con el Idioma Indonesio, segun dicen, tiene algo que ver en todo esto, o es que ya están acostumbrados a los paseos de "Mister dari Spanyol".

lunes, 4 de enero de 2010

Conductores, fútbol, burdeles, y normas de etiqueta en el mundo del taxi.

Habitualmente cuando tengo que ir al centro de Surabaya, o a alguno de los múltiples centros comerciales que "pueblan" esta ciudad, me muevo en Taxi. ¿Y por que?. Pues porque es un medio de transporte relativamente barato, y necesario en una ciudad tan grande como esta.
Andar durante más de media hora puede convertirse en un deporte de riesgo, digno de un legionario borracho, o un turista inconsciente: El calor es tu enemigo, y la deshidratación un peligro a evitar.

Y es necesario este medio para los que no tenemos moto, ni bicicleta, ni desde luego coche.
He de reconocer que la primera opción, la moto (sepeda motor) se me pasó por la cabeza, si bien el alquiler mensual me podría salir por unas 500.000 rupiahs (unos 37 euros), cifra que no me puedo permitir actualmente con la beca. Pero la verdadera razón por la que decidí pasar de motos, es porque el tráfico aquí es una cosa que "vosotros no creeríais", y para saber lidiar con los conductores nativos se necesitan dos requisitos: Tener los reflejos de Fernando Alonso, o en su defecto un tigre malayo, y no temer a la muerte, o no tener demasiado aprecio por la vida propia, que viene a ser casi lo mismo.

Así que paso.

Uso taxis de vez en cuando, pues para ir a la Facultad, o moverme por el barrio me bastan mis piernas. Aquí en Surabaya funcionan varias compañías: La primera, y muy popular en Indonesia es "Blue Bird" y sus subsidiarias. "Zebra" y "O'Renz" suelen ser bastante fiables, al igual que "Silver Taxi". Es importante fijarse en la licencia del conductor. Mejor si es visible. Si no encuentran una tarjetita como esta, no les recomiendo que usen ese taxi.



















Luego hay otras "compañias" cuyos vehículos parecen naves de los cazadores de recompensas de Star Wars, o una franquicia de taxis afganos, y sus conductores son lo más macarra que uno se pueda echar a la cara. Especialmente los de la estación de trenes "Gubeng" en el centro de Surabaya.

A mi, no se por que razón, me respetan, y no me suelen cobrar de más. Habitualmente me suelen dar palique, si bien las conversaciones no son el colmo de la originalidad.

Después de cuatro meses aquí puedo afirmar, fundamentándome en mi experiencia, que he llegado a ciertas conclusiones, casi irrefutables:
-El 95% de los taxistas me pregunta que de donde soy. Sólo un 5% no habla: Desconozco si por que son tímidos, me tienen miedo, o asco, o es que son mudos.
-El 90% de los taxistas que si hablan, al saber que soy español, hacen referencia al Barcelona, al Madrid, o a la Liga en general. Hay una minoría, un 10% del total que hace referencia a Dani Pedrosa, a Fernando Alonso, o al término "Matador".
-El 80% me pregunta cuanto tiempo llevo en Indonesia, a que me dedico, y si me gusta la ciudad.
-A continuación, de ese 80% la gran mayoría me pregunta siempre dos cosas: Que donde vivo, y cuanto pago de alquiler.
-Despues de esto me suelen preguntar, o bien por la comida, o bien si estoy casado.
-Al saber que soy soltero, un 20% de los taxistas sugiere que me busque una mujer Indonesia, y me case con ella sin dilación. (Vamos, como los pisos hace unos años "Compre usted, joven, que me los quitan de las manos").

El resto, la abrumadora mayoría, me dice, tras un rato de charla, y si el viaje dura más de cuarto de hora, que hay un sitio llamado "Dolly" en donde, si quiero, puedo pasar un buen rato: Vamos, que me ofrecen que me vaya de putas. Y no a un sitio cualquiera, si no al que muchos nativos consideran el mayor burdel del Sudeste Asiático. Un barrio tan chungo que los arrabales de Bangkok a su lado parecen un patio de colegio de las Ursulinas.

Incluso alguno se me ofrece como espontaneo guía, con una amabilidad, y un garbo torero que harían montar en cólera a Bibiana Aido.
A mi, como mogigato de condición heterosexual, al principio la proposición me causaba mitad estupor, mitad vergüenza ajena. Soy así de "antiguo". Ahora ya hasta me aburre.

De momento he dicho que no, pues aunque uno tiene voluntad antropológica, no tiene la voluntad investigadora de los bajos fondos de, por ejemplo, Mercedes Milá, y hay sordideces muy hardcore, que prefiero no ver con mis propios ojos. Además el tema de "Dolly"está más que investigado, denunciado, y visto. Y que uno no ha llegado al nivel de sordidez, macarrismo, desesperación, y, porque no decirlo, bajeza moral, necesarias para acabar borracho en un burdel del sudeste asiático.

Y además que hay peligro. Mucho peligro. En el barrio "Dolly" uno puede entrar más o menos entero, y salir, por ejemplo, sin un riñon. Y no lo digo metafóricamente.
O como mínimo, comenzar a sufrir, justo a la mañana siguiente, los efectos siete enfermedades venereas, la malaria, y la extraña ausencia de varios millones de rupiahs, el pasaporte, el permiso de residencia indonesio, y hasta las costuras de los calzoncillos.

A parte de todo esto que les relato, en los taxis de por aquí uno se puede encontrar en medio de un atasco (muy habituales) con maravillas gráficas como esta, aparecida en una revista para los pasajeros. Toda una declaración de intenciones, y normas de etiqueta de la compañía "O'Renz".



















Mejor explicado imposible, oiga.

sábado, 2 de enero de 2010

Selamat Tahun Baru Dua Ribu Sepuluh!

O lo que es lo mismo: ¡Felíz año 2010!